Hay muchos factores que influyen para que suframos de tensión en el cuello. El 68 por ciento de la población adulta sufre de esta dolencia. La tensión y el dolor de cuello pueden ser producidos por diversas causas. Cuando el cuello se tensa, tanto los hombros como la barbilla se  tensan, por lo que sufre todo en general. La tensión del cuello puede provocar a menudo dolores de cabeza por tensión acumulada. Demasiadas horas delante del ordenador, una postura incorrecta al escribir, dormir en una posición incorrecta. Otra de las causas y la más frecuente es un accidente de coche, recibir un golpe por la parte trasera, el movimiento repentino provoca dolor y rigidez cervical. Produciendo una lesión de los tejidos blandos del cuello (músculos, ligamentos, nervios y discos) debido a la sacudida que da la cabeza.

En un principio puede no mostrar demasiados síntomas, tan sólo aparece la típica tensión muscular. Con el paso de los días el dolor empieza a extenderse por los brazos y hacia la espalda, e incluso empiezan los episodios de vértigos. Esto es debido a que la columna cervical pierde su curvatura natural y queda recta, se rectifica. Esto en la mayoría de las ocasiones es debido a un espasmo muscular defensivo ante el trauma, que sirve para proteger la médula al mantener la columna inmóvil.

¿A donde acudir cuando esto ocurre?

Lo más recomendable es acudir a un quiropráctico para que revise la columna. El quiropráctico hará las pruebas convenientes y palpará la columna buscando las subluxaciones vertebrales, (vertebras ligeramente desplazadas que comprimen nervios). La función del quiropráctico es corregir dichas subluxaciones para que libere los nervios atrapados y dejar que todo fluya correctamente. Así se eliminará la causa que produce la tensión cervical, solucionando nuestro problema.