Tener una dentadura perfectamente alineada y armónica es algo que, de forma natural, no tiene mucha gente. Hoy en día es muy común, en los países desarrollados, ver a niños e incluso adultos, con los conocidos hierros u ortodoncia dental.
Precisamente la forma en que los dientes superiores apoyan en los inferiores u oclusión dental tiene una relación estrecha con problemas derivados de la espalda, especialmente escoliosis, contracturas y migrañas.
Ya en los años 90 un grupo de investigadores realizaron una investigación donde estudiaron la repercusión de una oclusión dental incorrecta y los problemas biomecánicas que ello conlleva.
Esto se debe a que, al apoyar de forma incorrecta los dientes, estamos sometiendo la columna a un estrés continuo cada vez que deglutimos sin darnos cuenta de ello. Es decir al tener que trabajar los músculos de forma asimétrica, algunas vértebras pierden su alineación normal, se giran o se inclinan cediendo hacia el lado donde los músculos están más tensos.
Pongamos un ejemplo para entenderlo de forma más clara. Solo tenemos que observar la cinta de la persiana de cualquier ventana. Mientras la cinta está totalmente plana el mecanismos funciona correctamente, pero el día en que sin querer esta cinta se gira formando una especie de tirabuzón, éste siempre queda por más que la estiremos.
En el caso de la persiana se estropea el mecanismo. En nuestro caso muchas veces aparecen contracturas, cefaleas o migrañas. Sin olvidar que una contractura cervical afecta también la columna dorsal, lumbar y la pelvis.
¿Cómo prevenirlo?
Deberemos asistir a nuestro quiropráctico de confianza para que realice chequeos y ajustes con algo más de frecuencia mientras dure la ortodoncia. De esta forma ponemos solución a la posición incorrecta de las vértebras o subluxaciones derivadas de esta situación.
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