Siempre decimos que los niños “están hechos de goma” ya que sufren caídas continuamente y son pocas las veces que se produce una lesión de gravedad.
En cambio para las personas de cierta edad una simple caída puede tener graves consecuencias.
A medida que nos hacemos mayores nuestros músculos y huesos se debilitan, por lo tanto hay más posibilidad de perder el equilibrio y producirnos alguna caída.
Sin embargo, existe un factor que influye mucho y principalmente en el por qué sufrimos caídas.
La columna vertebral y las Caídas.
Tenemos 24 huesos en la columna, cervicales, torácicas y lumbares, cuando alguno de estos huesos (vértebras) pierde su posición normal produce una subluxación, esto conlleva que la columna se desestabilice al completo y por lo tanto nos desestabilice a nosotros también, siendo así mucho más propensos a las caídas.
Cuando empezamos a caminar las caídas son habituales y estamos convencidos de que es lo normal y no ocurre nada. Cuando un niño se cae mucho tendríamos que preguntarnos que está ocurriendo y revisar su columna en el quiropráctico.
En el momento del parto pueden producirse las primeras subluxaciones, y a parte de la inestabilidad al caminar puede originar muchos problemas más.
Una anomalía en la columna puede producir en el niño problemas tan serios como asma, hiperactividad, irritabilidad, alergias, etc.
Hay que darle mas importancia a las revisiones de columna, del mismo modo que desde pequeño vamos guiando sus dientes por que no hacer lo mismo con sus columnas.
La caída más insignificante puede producir con el tiempo trastornos y problemas que no relacionamos con la columna vertebral.
Después de una caída debemos de observarnos un poco y estar pendientes de si aparece algún síntoma extraño que no habíamos tenido hasta entonces, en caso de que aparezca saber que puede tener relación con aquella caída tonta que se tuvo y sería recomendable acudir a un quiropráctico para que revisara la columna.