El estrés emocional deja su huella en nuestra salud. En primer lugar, puede afectar a la columna porque sobre la misma tenemos muchísimos músculos de movimiento involuntario, es decir, que cuando nos ponemos nerviosos, cuando tenemos malas noticias o estamos estresados, esos músculos forman nudos (contracturas) y, como están totalmente yuxtapuestos a la columna, pueden causar que esas vértebras pierdan su postura normal, generando una subluxación que comience a pinzar los nervios. Esto conlleva un montón de problemas para la columna y la salud en general.
Entre otras patologías el estrés emocional está relacionado con las migrañas, las jaquecas y la lumbalgia y por ello es importante saber manejar nuestras emociones y nuestro estado mental.
El estrés emocional no se resuelve sólo a través de la dieta -según su origen, intensidad y de cómo afecte a cada individuo requerirá un tratamiento con un especialista-, aunque la alimentación puede ayudar a paliar el impacto físico.