Parece que las nuevas tecnologías cada vez dificultad más nuestro bienestar físico y emocional.
Seguro que este verano habéis sido testigos de la “fiebre Pokemon”; sí ese interés generalizado ( o al menos así lo han venido retratando los medios de comunicación) por capturar pokemons mediante el móvil.
Se trata de una aplicación para telefonía móvil que reinterpreta el famosísimo juego de Nintendo para consolas y lo habilita para que los chavales puedan jugar en el exterior capturando a sus monstruos favoritos.
Pues bien, lo que, en principio, iba a ser una diversión para menores se ha convertido en una euforia estival de pequeños y grandes. Así, no ha resultado nada difícil ver a gente de todas las edades caminando teléfono en mano y enfocando calles, ríos, campos, playas y museos en busca de Pikachu y compañía.
Nada que decir sobre el entretenimiento de cada cual, pero sí sobre el daño que caminar durante horas con el cuello inclinado hacia abajo y con los ojos fijos en la pantalla.
Gracias al número de horas empleadas en el “pokewalking” ( caminar con el móvil en la mano en busca de pokemons) , el año 2016 podría situarse a la cabeza en número de consultas por latigazo cervical.
El motivo: la reiterada postura antinatural de caminar con el cuello inclinado, que, puede causar muchos problemas como jaquecas, mareos, vértigos, hormigueos y adormecimiento en las manos. Y en un tiempo, si no se trata correctamente, hernias discales y artrosis prematura.
El pokewalking añade más problemas al hecho de caminar mirando la pantalla: el juego requiere toda nuestra atención ya que nuestros dedos deben estar prestos a interactuar con el teléfono para cazar al pokemon y a veces nos vemos obligados a correr si el juego es colectivo.
Más allá de posibles accidentes a causa de la falta de atención al entorno que nos rodea, como atropellos, caídas o choques, en estas acciones tensionamos los hombros, las cervicales, el cuello y la cabeza.
En el caso de las cervicales, sometidas a una inclinación mantenida, de casi 90 grados , y que va en muchos casos desde las dos a las doce horas en periodos intermitentes nos remite al famoso latigazo cervical a Km0, que supone, según The Journal surgical Technology , un esfuerzo similar al que realizaríamos si tuviéramos que llevar a horcajadas a un niño de ocho años.
Latigazo cervical
El diario médico explica su conclusión de la siguiente manera: cuando la cabeza se agacha con un 15% de inclinación, el cuello recibe un impacto similar al de la fuerza de 12 kilos. Si se inclina 40 grados , el esfuerzo es de mantenimiento de unos 18 kilos y si llega al ángulo de 60º mirando hacia abajo alcanzará los 27 kilos.
El cálculo está realizado teniendo en cuenta el peso medio de la cabeza humana, que oscila entre los cuatro y seis kilos. Al forzar el estiramiento, provocamos mucho estrés en las cervicales y creamos, en consecuencia, contracturas musculares , pinzamientos e irritaciones nerviosas que nos llevan a las terribles migrañas, a jaquecas , vértigos y mareos.
Por este motivo, no resulta desdeñable la previsión de que en los próximos diez años, este problema puede afectar al 50% de los jóvenes.
Nuevas tecnologías y salud ocular
La salud ocular es otro aspecto que se tendrá que revisar teniendo en cuenta las nuevas tecnologías y sus hábitos de consumo. Normalmente, cuando uno está trabajando con el ordenador o el portátil o leyendo el periódico o un libro hay una distancia de entre 40 y 45 cms de la mano hasta los ojos . En cambio cuando estamos trabajando con nuestros móviles la distancia se reduce en la mitad. Esto causa un estrés enorme sobre los ojos porque han de enfocar.
Este esfuerzo puede derivar en problemas de miopía, ojos cansados, ojos seco, y sensación de mareo y pesadez en la cabeza”, destaca . Si se detectan alguno de estos problemas es recomendable la visita al oftalmólogo.
Así las cosas, el consejo fundamental es limitar el tiempo de empleo de dispositivos móviles. Deberíamos usarlos sólo cuando sea necesario por trabajo y, si vamos a jugar, ser conscientes de marcarnos un horario.
Ata nos deja también estos consejos:
Incrementa la distancia entre los ojos y el móvil, y aumenta el tamaño del texto.
Utiliza un smartphone con las pantalla más grande.
Procura no andar y utilizar el teléfono mirando hacia abajo.
Apoya tu tablet sobre la mesa y no sobre el regazo.
Procura utilizar el teléfono a la misma altura que tus ojos sin agachar la cabeza.
Aprende a manejar tu móvil con ambos pulgares.