Seguro que muchos de vosotros habéis visto volar tacones. Los que no sabéis a que me refiero pensad en esas escenas de película en las que las protagonistas, agotadas de caminar sobre zapatos con muchos centímetros de altura, los lanzan al aire en cuanto, por fin, llegan a casa.
Caminar con tacones muchas horas duele si no se está acostumbrada, me cuentan las pacientes, pero, es que, además, son realmente perjudiciales para la salud de nuestra columna en particular y para nuestro sistema músculo esquelético en general.
La razón es que s modifican la postura del pie y de todo el cuerpo, al desplazar el peso del mismo hacia delante, siguiendo la forma del zapato. La mujer se echa hacia delante, en un grado de inclinación proporcional al peso de su masa corporal. Cuanto más altura tenga el tacón más se desplaza.
El hueso que soporta esta postura natural es la columna, justamente la encargada del equilibrio. A partir de ahí, sufren la cadera, la rodilla, los músculos de todo nuestro cuerpo ( sobre todo los gemelos, que aguantan el peso) , y, por supuesto, los huesos y tejidos del pie.
El cuerpo se resiente y se lesiona, sobre todo los pies, que, además, se encuentran “encerrados” en una horma que suele ser muy estrecha. Cuanto menos espacio tienen los dedos para moverse, más posibilidades tiene la mujer de sufrir estos problemas:
Hallux Valgus, o en su acepción popular, juanetes: El dedo gordo del pie presenta una protuberancia en su parte exterior , producida por un agrandamiento de la articulación metatarsofalángica.
Onicocriptosis o uñero: lesión que aparece por la presión que sufre la uña del dedo gordo al estar sometida a la fuerza lateral de un zapato tan estrecho.
Dedos en martillo: un problema también de alcance estético. Los dedos del pie se encorvan hacia arriba montándose unos sobre otros.
Por otro lado, en las consultas resulta fácil detectar los “clásicos” asociados, entre otros, al uso diario de “tacones de infarto”:
Esguince de tobillo: No son infrecuentes, puesto que el tobillo no puede realizar todo el movimiento giratorio para el que está diseñado.
Neuroma de Morton : la lesión estrella. Al sufrir la planta del pie toda la presión del peso, se producen dolor, calambres, hormigueo y se irrita el nervio del pie situado entre los dedos tercero y cuarto.
Inflamación del tendón de Aquiles: No, no es una leyenda urbana; el uso de tacones acorta el tendón de Aquiles, por eso se dice que muchas mujeres que los usan “no saben luego andar con zapato plano”.
Artrósis de rodilla: Dos mujeres por cada hombre la sufren y tiene que ver con el desgaste que el cartílago de la rodilla sufre al soportar el peso provocado por la postura antinatural provocada por el zapato.
Espondilolistesis : enmascarada muchas veces por la clásica lumbalgia se refiere al desplazamiento de una vértebra de la zona lumbar sobra otra inferior. El motivo: el mismo, un movimiento de repetición dañino.
Son algunas, pero no todas las dolencias asociadas al tacón, al que algunas mujeres “ se suben por la mañana y no se bajan hasta la noche”.
Mi recomendación : menos horas al día y menos días con tacones, plataformas que nivelen talón y horma, y zapatos más anchos. Cuánto menos altura, esto es muy importante, mucho mejor.