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Correr por la playa, ¿es bueno para tu espalda?

Ahora en verano somos muchos los que nos gusta trasladar nuestra vida a la playa. Pasamos más horas frente al mar, y no solo para disfrutar del sol y del frescor de un buen baño, si no también para hacer deporte. 
La orilla de la playa se llena de deportistas que quieren seguir estando en forma andando o corriendo. Si eres de los que le gusta correr por la playa, ¿has pensado alguna vez si esta práctica beneficia o perjudica a la salud de tu espalda

Correr por la playa

Correr por la playa puede ser, para muchos, una vía de escape para seguir practicando deporte durante la época estival. Acostumbrados a correr sobre la pista o sobre el asfalto, el terreno blando e irregular de la playa puede suponer todo un desafío incluso para corredores expertos. 
La arena es maleable, por eso el impacto de la zancada afecta de forma diferente a tu organismo. Concretamente, correr por una superficie tan blanda hace que la fuerza de reacción se reduzca al mínimo. Esto somete al organismo a situaciones de estrés, además de producir sobrecargas a los músculos.  
Es por ello que, si se va a seguir esta rutina durante varios meses lo ideal es empezar a entrenar de forma progresiva de manera que tu cuerpo y tu organismo se acostumbre a correr sobre una superficie totalmente diferente. 
 
correr por la playa 2

Correr por la playa y espalda, ¿buenos amigos? 

Una vez visto que la playa puede cambiar nuestra manera de practicar deporte hay que ver si este cambio afecta de manera positiva o negativa sobre la salud de la espalda. Aquí tendríamos que hacer una diferenciación entre correr por la orilla o correr por el resto de la playa

Correr por la orilla 

Cuando corremos por la orilla lo hacemos sobre un terreno más estable, ya que la arena mojada soporta mejor las pisadas y las zancadas. Con este suelo, el impacto sobre las articulaciones y la espalda es menor, por lo que puede resultar positivo correr por la playa si se tienen dolores musculares o de las articulaciones. 
No obstante, si bien es cierto que la arena mojada hace posible correr sobre un suelo más estable, hay que tener siempre en mente que en la orilla hay una ligera pendiente que puede modificar nuestra postura al correr. 

Correr por la playa

Cuando hablamos de correr por la playa en este caso hacemos referencia a hacerlo por arena seca. La arena seca es excesivamente blanda, concretamente es 6 veces más blanda que la que encontramos en la orilla, haciendo posible que se amortigüe el impacto de la carrera al 100%. 
Esto puede ser contraproducente ya que, por una parte se somete a menos presión a las rodillas y a la espalda pero, por otra se cambia el patrón y la postura en la que se corre. 
Al estar sobre un terreno inestable vamos adaptando la postura del cuerpo con el fin de no notar tanto las irregularidades. Tobillos y rodillas son las zonas más afectadas al correr por la playa sobre arena seca, no obstante, si no se tiene un buen control postural, el tronco tiende a adelantarse, haciendo que espalda y cuello no estén en su posición natural. 
En definitiva, correr por la playa puede ser más amable con tus articulaciones y tu espalda por estar corriendo sobre un terreno más blando. sin embargo hay que hacerlo de manera progresiva, empezando primero andando, siguiendo del trote y, si se ve que no hay molestias, corriendo controlando en todos los casos la postura que adoptamos.  


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