Volver de las vacaciones no suele ser nada placentero: reincorporarse al trabajo tras una semana, dos, tres o un mes de descanso cuesta, supone un esfuerzo, y no solo para la mente -aquello a lo que llamamos de forma más o menos humorística “trauma o depresión postvacacional”-, sino también para el cuerpo. Si bien es posible que hayamos invertido nuestro merecido tiempo de desconexión laboral en la aventura o el deporte, por lo general, este tipo de actividad ejerce una influencia relajante, y volver a trabajar suele suponer un incremento en la tensión diaria, que por supuesto, acaban pagando la espalda y el cuello. Por eso, quiero ofrecerte algunas pautas para que la rentrée te siente lo mejor posible. Toma nota:
Vigila tu postura: para muchos y muchas, volver significa también sentarse frente a una mesa un buen número de horas al día. Para otros, cargar peso. Para otros, hacer movimientos repetitivos una jornada completa. Para otros, conducir, caminar… En cualquier caso, es importante recordar cómo se deben llevar a cabo todas estas acciones. En este mismo blog hemos publicado bastantes artículos relacionados con la higiene postural y la ergonomía. Puedes pegarles un vistazo, te servirán de ayuda.
Vigila tu colchón: el sofá, la hamaca o la cama de la habitación del hotel suelen garantizar un buen descanso, pero eso posible que nuestra cama no. Quizás el colchón está desgastado, o puede que sea el somier. Sea como sea, hay que invertir en ello en la medida en que se pueda. Hay opciones económicas para sustituir una cama en mal estado.
Si la vuelta te entristece, busca metas, objetivos que te motiven, y también distracciones. No todo va a ser trabajo. El ocio sigue siendo importante todo el año, no solo en verano. Cuida de tu estado emocional: pasar buenos ratos alivia tensiones y genera felicidad, ¿y qué hay más terapéutico que la felicidad?
Practica la meditación, te ayudará a llevar mejor la vuelta de vacaciones, pero no solo eso: la meditación es una compañera perfecta para todas las facetas de la vida. Contribuirá a aliviarte de preocupaciones innecesarias, lo que repercutirá positivamente en la salud de tu espalda.
Haz deporte o ejercicio. Fortalecerá los músculos de tu espalda y cuello y te evitará problemas. Además de eso, como bien sabemos, el deporte tiene un impacto positivo en el cuerpo y en la mente: mens sana in corpore sano. ¿Qué más se puede pedir?
Por supuesto, la quiropráctica también puede resultarte de gran ayuda. No dudes en contactar con nosotros vía Facebook, mail, teléfono o viniendo directamente a la clínica. Te informaremos de todo con mucho gusto.
¡Ánimo con la vuelta!