Hoy en día es cada vez más normal al cuidarnos incluir el ejercicio en nuestra rutina diaria, de forma que la gente se esfuerza por verse y sentirse bien. Por otro lado hemos de tener en cuenta que la práctica de ejercicio llevada al extremo puede ser contraproducente.

   Las cosas en exceso no benefician y por tanto con el ejercicio ocurre lo mismo. Hay personas que se obsesionan tanto con verse bien y lograr un cuerpo perfecto que hacen más  de lo que su cuerpo tolera, de forma que no se dan cuenta del daño que se están haciendo así mismos.

   Realizar una actividad física, como por ejemplo caminar o hacer estiramientos, cinco días a la semana durante treinta minutos es suficiente para tener un cuerpo saludable. Esto nos permitirá sentirnos bien,  tanto anímica como físicamente, sin olvidar que el mejor complemento es una buena alimentación.

Muchas veces a pesar de todo el esfuerzo que realizamos en cuidarnos, hay ocasiones en la que al mirarnos al espejo, el reflejo no concuerda con nuestras expectativas y es que realmente hay que ser realistas, nunca tendremos el cuerpo perfecto que hemos idealizado durante tanto tiempo.

El problema es que nosotros mismos no nos valoramos, en primer lugar debemos de aprender a aceptarnos y querernos tal y como somos, aceptar que no podemos tener el cuerpo por mas dieta que hagamos de ninguna modelo internacional porque cada cuerpo es diferente y cada organismo funciona de manera distinta.
Debemos aceptarnos y gustarnos tal y como somos, debemos hacer ejercicio de forma moderada, realizar dieta equilibrada, descansar  y por supuesto cuidar lo más importante de nosotros…, nuestra columna vertebral. Ella es el soporte de nuestro cuerpo, mantener nuestra columna sana y ajustada gracias a  los cuidados quiroprácticos nos permite hacer todo lo que queremos. La quiropráctica es algo preciso y fundamental para nuestra salud. Tenemos que cuidar nuestro cuerpo, no sólo por fuera, también hay que hacerlo por dentro.