El tiempo que pasamos durmiendo, la calidad de este sueño o las posturas que adoptamos durante el mismo afectan a nuestra salud diaria y a nuestra calidad de vida. Un sueño incorrecto provoca que no descansemos como debemos, y esto a la larga es una fuente de dolencias de todo tipo. Por eso, si percibimos que tenemos dificultades para conciliar el sueño, hay que tomar cartas en el asunto, identificando en primera instancia si estas dificultades son ocasionales o crónicas.
El insomnio crónico es un mal bastante común en la actualidad, y nos puede llevar incluso a experimentar alucinaciones, ya que nuestras neuronas no disponen del suficiente tiempo por la noche para realizar su función clasificadora de la realidad que han percibido, lo cual nos expone a una hipersensibilidad que nos aleja cada vez más de la realidad. Pero no solo eso, el insomnio crónico podría guardar relación con el Alzheimer. La noche y el sueño son el escenario en el que las células de nuestro cerebro son sometidas a una limpieza de elementos impuros. Si esta limpieza no se lleva a cabo correctamente, los procesos de elaboración de los recuerdos podrían quedar afectados.
Si bien el insomnio crónico es, de las dos variantes, la más perjudicial a largo plazo, dormir mal de forma esporádica también afecta a nuestra mente, a nuestro cuerpo y a nuestra salud en conjunto: la falta de sueño tiene consecuencias en la creatividad, en la atención, en el rendimiento físico, en el estado de la piel o en el de nuestros dientes.
Dicho todo lo anterior, vamos con algunos consejos que nos pueden servir de ayuda para descansar como merecemos:
- Busca el silencio: es mucho más importante de lo que parece. El silencio tiene una relación directa con el descanso.
- Evita la cafeína: evítala durante el día, y por supuesto, por la noche. Puede alterar mucho tu sueño.
- Practica el yoga: te ayudará a relajarte, te enseñará a aliviar tensiones en el organismo, lo cual favorecerá que entres en el estado apropiado para dormir.
- Desconecta el móvil: el móvil está todo el tiempo emitiendo estímulos que atentan contra nuestra capacidad para descansar. ¿Cuántas veces lo consultas al día para ver las notificaciones? Este ir y venir al aparato impide que nos relajemos, especialmente por la noche.
- Intenta acostarte antes: seguro que te acuestas más tarde de lo que deberías, ¿a que sí? Intenta acostarte antes, tu cuerpo y tu mente lo agradecerán.
- Cambia el colchón: quizás el problema radique en que tu colchón sea demasiado viejo. Un colchón estropeado puede llegar a perjudicarte mucho, ya que las posturas que te obliga a adoptar son de todo menos ergonómicas.
Eso es todo de momento, si necesitáis más ayuda, ¡no dudéis en preguntar por Facebook o por aquí!