No es poca la gente que asegura que se encuentra más dolorida debido a los cambios de temperatura o cuando hay humedad. Normalmente este cambio es de calor a frío. Muchas de estas personas afirman que intuyen, por ejemplo, cuándo va a llover. El mundo científico, sin embargo, no ha podido demostrar esta conexión de forma significativa.
Por ejemplo, en el año dos mil catorce vio la luz un estudio que investigó el efecto del tiempo y los dolores de espalda. Según dicho estudio, la temperatura, la humedad, la presión atmosférica y la lluvia no aumentan el riesgo de sufrir episodios de dolor lumbar. Sin embargo el viento -velocidad y fuerza- presenta un pequeño riesgo de aumentar los dolores de espalda.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Anticipas una tormenta por lo que sientes en tus huesos? Los especialistas no se ponen de acuerdo. Pero todo apunta, según nos han dicho algunos de ellos, a que alguna causa o relación debe existir atendiendo a la cantidad de pacientes que les han hablado de esta sensación.