¿Sabíais que disponemos de un reloj alimentario?
Este prepara a nuestro cuerpo para absorber los nutrientes cuando comemos, está formado por genes y moléculas que mantienen la estabilidad metabólica. Un estudio realizado por investigadores de la universidad de California ha desvelado que existe una proteína llamada PKC, que se ocupa de poner a cero nuestro reloj alimentario cuando cambiamos nuestros hábitos alimenticios. Por ejemplo cuando comemos comidas copiosas en las reuniones familiares o de trabajo. Los hallazgos se publicaron en Proceedings of the nacional Academy of Sciences.
Está claro que someter el cuerpo a abusos y desordenes alimentarios produce una alteración en nuestro metabolismo que nos desequilibra, teniendo así más predisposición a la obesidad y al sedentarismo. Al mismo tiempo nos sentimos con falta de movilidad y dolor de espalda.
A parte de tomar conciencia de que hay que tener unos buenos hábitos alimentarios, comer a nuestras horas, no cuando sentimos hambre y tener una vida activa con regularidad.
Vigilar nuestro peso, el exceso de peso produce una sobrecarga innecesaria en la columna que a su vez nos produce rigidez, y eso puede convertirse en un problema con el tiempo. Debemos de evitar también la comida basura y a basura me refiero a la que su mayor parte está compuesta de hidratos, azucares y grasas.
El motivo principal es que la comida basura es altamente adictiva y cada vez se necesita más cantidad.
Incluso comer inadecuadamente afecta a nuestro estado de ánimo y por lo tanto incentiva el desarrollo de la depresión.
Lo que está claro es que nos encanta comer de todo y bastante…, pero vamos a intentar al mismo tiempo salir a pasear y no quedarnos sentados en la mesa tanto tiempo. El cuerpo lo agradecerá, haremos las digestiones mejor, y la espalda nos dolerá menos.