Introducción

La columna vertebral está formada por 33 vértebras y se divide en 5 regiones, con los siguientes tipos de curvaturas:
Región cervical (7 vértebras, de la C1 a la C7), cuya curvatura es convexa y se denomina lordosis cervical.
Región dorsal (12 vértebras, de la T1 a la T12), con curvatura cóncava y se recibe el nombre de cifosis dorsal.
Región lumbar (5 vértebras, de la L1 a la L5), cuya curvatura es convexa y la llamamos lordosis lumbar.
Región sacra (5 vértebras, de la S1 a la S5), curvatura con forma cóncava y denominada cifosis Sacro-coccígea.
Coxis (1 vértebra), formando parte de la misma cifosis Sacro-coccígea que la región sacra.

Dolor de cadera en adultos jóvenes

Los casos de dolor de cadera en adultos jóvenes, cada vez son más frecuentes, aunque suelen recibir menos atención que los casos en niños y en pacientes mayores (habitualmente diagnosticados de artrosis). No es extraño, que al paciente se le realice una radiografía o resonancia magnética y esta no revele ningún problema subyacente, incluso cuando los síntomas son la consecuencia de una patología clínicamente significativa.
Los problemas de cadera en adultos jóvenes pueden dividirse en intraarticulares y extraarticulares.

Problema intraairticular

Como su propia nombre indica, un problema intraarticular, indica que el origen del mismo está en la propia articulación, en este caso, el origen del problema estaría en la misma cadera. Lo más habitual es encontrar una disfunción de la articulación en la rótula que se encuentra entre la pelvis y el fémur. Esto puede dar lugar a un dolor agudo en la zona de la ingle o puede incluso llegar a reflejar en las rodillas y piernas. Esto suele ser más común en las personas mayores que tienen artrosis de cadera.
El síntoma más común de un problema intraarticular en la cadera es el dolor en la ingle.

Problema extraarticular

Un problema extraarticular que afecte y genere dolor en la cadera, puede originarse en la columna vertebral o la pelvis. Cuando la mayoría de las personas se refieren a “las caderas”, suelen a señalar la parte superior y exterior de la pelvis. Si el dolor se encuentra localizado en estas áreas suele proceder de las articulaciones de la columna vertebral o de la pelvis sacro-ilíaca, y no directamente de la cadera.
Por último, es muy importante conocer el origen real del dolor, para poder tratar el problema y no el síntoma.

Cómo puede ayudarte la quiropráctica

Las subluxaciones en la zona lumbar, pueden llegar afectar los impulsos nerviosos que se transmiten hacia la zona de la cadera y del fémur. Como consecuencia de ello, el paciente puede desarrollar diferentes síntomas, entre ellos ligeros hormigueos hasta intensos dolores que afecten tanto a la zona de la cadera como a las piernas. Si no se toman medidas al respecto, con el paso del tiempo el dolor se va viendo intensificado, pudiendo llegar a limitar la movilidad en las pierna.
Uno de los motivos habituales de los dolores en las piernas y en la cadera, es una desalineación de los huesos de la cadera, los pies y las piernas. Los huesos que forman ambas piernas deben tener la misma longitud, de esta manera la cadera queda alineada con la columna. Lo mismo sucede con la longitud de ambos lados de la cadera. Si no existe una compensación, se producirá un desequilibrio entre la cadera y la columna, lo que puede irritar los nervios, causando dolor.
El quiropráctico es el especialista de la columna vertebral y el sistema nervioso. Detectará las subluxaciones en la columna del paciente y podrá realizar ajustes precisos de las vértebras, colocándolas en su posición original, con lo que no solo aliviará el dolor, sino que restablecerá el flujo normal de la corriente nerviosa.
Si tienes dolor en la zona de la cadera y necesitas ayuda, puedes solicitar una cita con nuestro quiropráctico, estudiaremos tu caso de forma totalmente personalizada.